miércoles, 6 de julio de 2011

Autonomía y Territorio - Documento de la Red de Bachilleratos Populares Comunitarios



 
Objetivos de nuestros bachilleratos populares

Somos organizaciones sociales y territoriales que construimos Bachilleratos de Educación Popular Comunitaria, a partir de la necesidad real de las comunidades que integramos, de gestar nuevas formas de educación. El hecho de apostar a este tipo de proyectos es parte de la construcción de poder popular y de participación real, elementos que consideramos fundamentales en la prefiguración de la sociedad futura, en el camino por edificar nuevas relaciones sociales, igualitarias, justas, solidarias, libres, anti-patriarcales y anticapitalistas. Este tipo de experiencias de educación transformadora nos nucleamos en la Red de Bachilleratos Populares Comunitarios,  que es una instancia de articulación horizontal, que concebimos como producto de un proceso basado en la escucha colectiva y el diálogo mutuo, en la confianza construida en común y sobre la base de una práctica militante, que rechaza cualquier imposición de opiniones y proyectos pedagógico-políticos concebidos por fuera de estos espacios de encuentro. Porque estamos convencidos que los proyectos y programas de lucha no pueden preceder a los sujetos políticos que los encarnan y llevan a cabo, sino que son un producto de su creciente articulación y confluencia.
Como organizaciones sociales defendemos y luchamos por la educación pública y gratuita, frente al ataque neoliberal y la lógica privatista y sin renunciar a una crítica profunda. Y, si bien rechazamos cualquier tipo de propuesta de “charterización” o privatización solapada, paralelamente apostamos a la construcción de proyectos autónomos de las instituciones del sistema educativo formal, que puedan ampliar la noción de lo público más allá de lo estrictamente estatal, encarnándose en ámbitos y espacios comunitarios, que permitan contemplar e incluir los deseos, aspiraciones, propuestas y saberes de los sectores populares organizados.
El sistema educativo formal construye e impone desde arriba planes de estudio, programas y modos de organización institucional, que reproducen las relaciones de poder hegemónicas y perpetúan vínculos jerárquicos al interior de los establecimientos educativos.
No obstante estas enormes limitaciones, entendemos que a través de los esfuerzos y la lucha de quienes integran el sistema educativo público tradicional, por mejorar las condiciones materiales, en contra de la precarización salarial, por democratizar las instituciones educativas, es posible generar cambios.
Sin embargo, creemos que subordinar los proyectos de Educación Popular a la lógica de la Educación Pública tradicional, implica perder la especificidad de un proyecto político-pedagógico que ha surgido históricamente desde abajo y es concebido para intervenir territorialmente y en función de una perspectiva comunitaria y contra-hegemónica.
En la Red de bachilleratos Populares Comunitarios enmarcamos la construcción de educación popular comunitaria dentro de un  proyecto más amplio de transformación de la sociedad, que busca cuestionar los mismos cimientos de las instituciones estatales y de la sociedad capitalista. Creemos que para pensar un proyecto político-pedagógico transformador y crítico, desde sus propias bases, que busque subvertir las relaciones de poder hegemónicas en su conjunto, no se puede partir de las reglas que el mismo sistema pretende imponer. Buscamos construir nuestra propuesta pedagógica con una lógica que confronta con -e intenta ir más allá- de esas reglas.

Por eso defendemos la autonomía de nuestros proyectos para definir colectivamente la forma de organizarnos, la manera horizontal en la que tomamos decisiones, los contenidos pedagógicos que consideremos relevantes, a la vez que cambiantes, en función de las necesidades de la comunidad y del grupo, la elección de los educadores populares, la definición de nuestras prioridades pedagógicas y políticas, y todos los demás elementos que hagan falta para construir una educación transformadora, que simultáneamente contribuya a la construcción de poder popular en nuestros territorios de lucha. Estas prácticas y estas formas anticipan otros modos de relación que antagonizan con las estructuras jerárquicas dominantes y los objetivos explícitos e implícitos de la educación pública tradicional, y apuntan a la modificación general de la sociedad, teniendo como horizonte trascender el capitalismo.


Vínculo con el Estado

Queremos que quienes atraviesen los bachis populares reciban un título o certificado oficial, esto es, con las mismas acreditaciones que un bachillerato estatal.  Esto ya se ha logrado, existen egresadxs de bachilleratos populares con título oficial.  Aunque hay bachilleratos populares que aún no tienen esa posibilidad y ese es uno de nuestros reclamos principales.
El problema surge cuando desde el Estado se pretende que para seguir otorgando títulos oficiales nos transformemos en un bachi estatal (o privado), intención que se manifiesta con los diferentes instrumentos legales con los que pretenden regular el funcionamiento de los bachis populares.
De ahí que volvamos una y otra vez sobre la autonomía y la identidad de nuestros proyectos, cuestiones que no estamos dispuestxs a negociar ni a entregar.
No vemos viable el camino emprendido por otros bachilleratos (agrupados en la “Coordinadora de Bachilleratos Populares en Lucha”) ensayando una “escuela pública popular”, ni creemos que títulos oficiales o salarios puedan ser la zanahoria que nos haga perder el proyecto radical en la carrera, un proyecto colectivo que se construye día a día, con esfuerzo, dificultad, amor, alegría, desde el barrio, el corazón de un bachi popular. 
La construcción de ese proyecto crítico y emancipador, es nuestro anhelo, la síntesis de nuestros deseos, antes que la fundación de escuelas o la creación de fuentes laborales para docentes (y/o la militancia en sindicatos docentes).

Críticas específicas al futuro registro en la CABA

En este contexto político, y siendo el macrismo una de las expresiones más recalcitrantes de la derecha ¿Cuál es el sentido de firmar un acuerdo con el Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad? Las características de este acuerdo expresado en el registro por firmarse ¿aportan a un proceso democratizador hacia adentro de las estructuras educativas estatales o implican un avance del macrismo sobre las organizaciones sociales? Creemos que las características de este acuerdo, por un lado, pese a no contemplar y a desconocer las experiencias nucleadas en la Red de Bachilleratos Populares Comunitarios amenazan nuestros proyectos autónomos cuando pretende sentar un precedente normativo en la órbita del Estado, a partir del cual forzar a todo proyecto basado en la educación popular comunitaria o “pública no estatal”, a insertarse de manera ineludible en aquella instancia burocrática so pena de ver peligrar el otorgamiento de títulos oficiales o el funcionamiento y la toma de decisiones horizontal, que hoy son dos características de nuestras experiencias pedagógico-políticas. Creemos que las características de este acuerdo expresado en el registro por firmarse tampoco aportan a la construcción de Escuelas Públicas Populares: (y sin subtitulo, pasaríamos a la enumeración)

 - Coloca a los Bachilleratos en el ámbito de la Dirección de Educación del Adulto y del Adolescente dependiente de la Dirección General de Educación de Gestión Estatal, como parte de las “Unidades de Gestión Educativa Experimental”. Estas Unidades fueron creadas en 1990, como parte del proyecto neoliberal de precarización y privatización de la educación publica. ¿Acaso no tiene ninguna implicancia dejarse enmarcar en esta Unidad? ¿Es conveniente en este contexto político, que el macrismo a través del Ministerio de Educación “acredite, evalúe, regule y controle la gestión de estos bachilleratos de modo indelegable”?

- Obliga a tener una forma organizativa jerárquica (nombramiento de directores, secretarios, preceptores, etc.), cuando nuestro objetivo es desnaturalizar, cuestionar esas relaciones de poder y roles escalonados. Por otro lado, sostiene la estructura vertical, inherente a la escuela estatal, una estructura contraria a nuestros recorridos en busca de participación y de toma de decisiones de manera asamblearia y colectiva. ¿Acaso no tendría consecuencias tener que ajustarse a normas de este tipo?

- No se explicita la autonomía en la elección de educadores ni en la formulación de planes de estudio. Por el contrario, queda definido que las nuevas Unidades de Gestión  Educativa Experimental deberán ajustarse a planes de estudios pre-existentes, anulando la posibilidad de la comunidad de definir  y reformular continuamente sus propias propuestas educativas. Y se crean “cargos” docentes, cuya continuidad y regulación, al no explicitarse algo diferente, se regirán por el estatuto docente.

- Habilita al Ministerio de Educación a mudar de establecimiento a los bachilleratos cuando “lo considere meritorio” ¿Qué quedaría del carácter territorial-comunitario de los bachilleratos populares que la suscribiesen? ¿Qué diferencias pueden haber entre el funcionamiento de un bachillerato popular dentro de un espacio reapropiado por el barrio (un centro cultural, un club, una fábrica recuperada) y un lugar definido arbitrariamente por el gobierno de turno? ¿Cómo impactará simbólicamente funcionar en la materialidad de una escuela estatal o en un establecimiento ajeno a los espacios habitados por la subjetividad de la organización o el movimiento popular que forma parte de ese proyecto pedagógico-político?

- A través de este decreto queda pautado el pago por parte del Estado de salarios. Pero nos preguntamos, ¿Es lo mismo la lucha por un presupuesto propio que nos permita definir colectivamente y de forma autogestiva cuáles son nuestras prioridades de uso del dinero (incluso cuando eso pueda suponer la percepción de recursos para el equipo de educadorxs), que recibir salarios docentes de manera individual a través de contratos laborales precarios?  Más allá de lo pertinente de esta pregunta, aclaramos que, para nosotrxs, la dicotomía no es “salario sí o salario no”. Los bachilleratos que integran la Red no aceptan recibir salarios, ya que entendemos que ponen en riesgo nuestra autonomía, debido a que habilita al Estado, a través (del regimen salarial) del sistema educativo público tradicional, a intervenir en nuestros proyectos político-pedagógicos.

la página del Bachi... arrancó

el proyecto del taller de computación de poner al bachi del bajo flores en internet ya está en camino. a agitarla que se arma alta página che.